La reaparición en escena de Dante Delgado este domingo en Nuevo León, con una primera escala en Jalisco el pasado jueves, tuvo como misión prioritaria bajar la intensidad de las conversaciones emprendidas entre Palacio de Cantera y el PAN con el horizonte de confeccionar una alianza en 2027.
Delgado, que regresó de una compleja situación personal, tiene sus facultades mentales en plenitud y captó que en un contexto de aparente lejanía en la vida pública – mientras el PAN abraza a Adrián De la Garza, el gobernador ni siquiera menciona a ese instituto en su Informe -, por lo bajo las conversaciones van a gran velocidad y tienen, de momento, solo el impedimento que representa el senador Luis Donaldo Colosio: el PAN acepta la alianza únicamente con Colosio a la cabeza mientras que en el Ejecutivo estatal rechazan esa posibilidad.
El exdirigente de MC fue preciso en que el partido naranja debe transitar sin alianza y tiene, en principio, dos aliados que generan anticuerpos entre sí: el propio Colosio, que en privado ya no luce tan convencido de la sociedad con el PAN y el gurú Rafael Valenzuela, que tampoco observa grandes ventajas en esa fusión.
Este parecer de Delgado quedó expuesto en una serie de conversaciones privadas que tuvo el domingo despúes del Informe de Samuel García.
Delgado entiende que parte de la tratativa de la alianza consiste en utilizar, desde el gobierno estatal, al PAN para tener una posición de mayor fortaleza en las conversaciones con Palacio Nacional, sobretodo en cuestiones referidas al Mundial y más aún hacia el espinoso sendero de expedientes y tribulaciones judiciales cuyas principales decisiones se asumen en la CDMX.
Más allá de ese pragmatismo de cúpula, Delgado está convencido de que el PAN no tiene figuras en la entidad norteña y que solo busca aprovecharse de los perfiles que tiene MC, algo que también suscribe la encuestadora Lorena Becerra, que asesora al partido naranja.
El exdirigente está convencido de que Colosio puede ganar Nuevo León sin asociarse al PAN, lograr un acuerdo de paz con el gobernador actual y, quizás lo más determinante, convencer, con su decisión, a De la Garza de que se reelija en Monterrey por temor a un nuevo revés.
La reaparición de Dante agita teorías en el PAN nacional, las más reciente dice que el principal motor de la decisión de Delgado de atacar la alianza no es político sino judicial y que tiene que ver con vulnerabilidades judiciales de su entorno inmediato que son maximizadas por Palacio Nacional.
Y es que, a fin de cuentas, todo el 2027 es imposible de analizar sin contemplar la conversación principal entre Samuel García y Claudia Sheinbaum. La pregunta ineludible: ¿Hasta qué punto le conviene a la presidenta que Samuel, ya como diputado federal, tenga tres años para recorrer México de cara al 2030?
Ese enigma esconde las respuestas del 2027 y más allá porque, a diferencia de Alejandro Moreno Cárdenas, el gobernador de la entidad norteña tiene una capacidad de crecimiento y resiliencia a nivel nacional que lo alejan de la imagen de las explosiones de laboratorio, controladas, sin consecuencias.